Durante el encuentro con el escritor ecuatoriano Huilo
Ruales tuvimos el privilegio de charlar
con él de sus cuentos, su biografía y sus referencias literarias.
Fotografía de Beatriz de Sousa |
Empezamos la sesión comentando el relato hiper-breve «El Evangelio según San-Yo: Lepidópteros», una
perla de profundidad narrativa en cuatro líneas, en las cuales el autor, más
que usar certeramente el lenguaje, saca
«chispas» a las palabras.
Seguimos con
el siguiente relato «grageo 123», un microrrelato de intensidad visual, en la
que aparecen los primeros signos de lo que debe ser uno de las virtudes literarias de Ruales: el expresionismo de su
prosa. Ese relato nos dio pie para avanzar y comentar el bellísimo «Perro sin
dueño» que refleja un mundo de sordidez e indiferencia, de personajes indefensos han perdido todo referente ético. Un cuento que, según la
metáfora que el propio Ruales utilizó durante nuestra charla, quería reflejar
el hecho de que en el cemento más desolado puede brotar una orquídea.
Otro gran cuento que leímos fue «El suelazo de Pegaso», una historia
de frustración y pobreza en el mundo de la infancia, contado con dosis de humor
y esperanza. La historia nos permitió saber de los orígenes familiares de Huilo
Ruales en su Ibarra natal, de sus estudios en Quito y de su vida de viajero a
los dos lados del Atlántico. De Ibarra nos contó el carácter «inerte» del discurrir del tiempo en esa localidad y la
importancia de los años de la escuela primaria, en los que se imparten las
principales «maestrías» de la instrucción de todo niño, donde tiene lugar la
educación decisiva. De su vida de viajero, nos dijo que «lo más saludable es ir
y venir» (en su caso, entre Francia y Ecuador), porque la mudanza del viaje «limpia»
los ojos del viajero y le permite observar con atención y lucidez la realidad.
Seguimos comentando los cuentos «paquetecuento» y «Mecánica de la
Naranja». El primero es un alarde, una pirueta literaria; el segundo un relato
que se adentra en el mundo de la locura y del absurdo.
Preguntado por los lectores por sus referentes literarios, Huilo
Ruales nos citó a Onetti, Borges, Nabokov, Dostoievski, Stendhal, Salinger,
Foster Wllace, Cartarescu y muchos otros. Nos recordó que antes de escribir,
todo autor debe forjarse como lector y que todo texto tiene un doble nivel, el
de la anécdota transmitida y el de las sensaciones que produce, que acompañan
al lector después de la lectura.
Fue un placer y un privilegio tener a Huilo Ruales entre nosotros.