jueves, 26 de marzo de 2009

Resumen de lo comentado en la sesión sobre Zoe Valdés

En la primera ronda de impresiones que siempre hacemos, las opiniones fueron contrapuestas: la mayoría de los presentes estuvo de acuerdo en apreciar la sencillez del texto pero definieron como sorprendente el final del relato, a saber, la huida de Lola y su viaje a China. En esta primera ronda, se notaba quién conocía ya a Zoé Valdés y quién no, y a quiénes les gustaba su literatura y quiénes no se sentían particularmente atraídos por ella. Por otra parte, algunos de los presentes habían estado en el encuentro que el Cervantes de Toulouse había organizado recientemente y algunas referencias a las declaraciones de Zoé Valdés en ese acto serían muy útiles para el desarrollo de la sesión del club.

Una lectora comentó que, si bien la autora había negado, en el encuentro al que asistió, la existencia de una literatura "femenina", era indiscutible que el relato "la bella Lola" rebosa sensibilidad femenina. Por otra parte, estuvimos la mayoría de acuerdo que, si por algo se distingue su manera de escribir es por la atmósfera que logra crear en la narración: se trata de un universo "sensitivo" en el que la música (la habanera "Tu" cuya letra se intercala en el texto), los olores (los perfumes), el tacto (el viento, la arena), los sabores se entremezclan y envuelven al lector.

Esta especial sensibilidad creativa choca con algunos aspectos que algunos de los lectores juzgaron como poco elaborados, como en el pasaje en que se afirma que la protagonista, que cuenta sólo con 20 años, "desde hacía diez años solamente sabía vivir el momento sin más," llevaba 10 años fuera de Cuba y, sin embargo, sólo tuviera 20 años. Otra lectora justificó esa manera de escribir, por su espontaneidad y visceralidad.

Con todo, fueron muchos los temas que salieron a la luz. Las lecturas de Lola (La mujer justa, de Sandor Marai y Diarios de José Martí) contrastan con la homogeneidad lectora (El código Da Vinci o Harry Potter) de la gente que la rodea en la playa y nos permitió hablar de los dos autores citados. El descubrimiento del adulterio de su marido y la resignada aceptación de Lola o, al menos, su falta de rebeldía, dio pie a una animada discusión sobre el caracter sumiso del personaje con una cierta indignación por parte de algunas lectoras. El constante sentimiento de nostalgia nos hizo retomar el tema del exilio y la amarga experiencia de la autora, tal como lo expresó publicamente en el encuentro que tuvimos con ella el día 5 de marzo. En ese punto, leímos un significativo pasaje de la introducción de Guillermo Cabrera Infante a los Diarios de José Martí:

"Martí se hace escritor fuera de su tierra, pero produce su obra maestra absoluta al regresar y recobrar su isla. Quiero anotarlo antes de olvidarlo. Martí, antes y ahora, es la personificación del escritor en el exilio, hecho grande en el exilio- y sin embargo, su mejor libro, como se ve, su más perfecta prosa, su expresión más propia está escrita en Cuba. ¿Es que el exilio no es una situación geográfica o histórica, sino una tierra que el escritor lleva siempre consigo? Para Martí, Cuba debió ser una isla flotante, porque el Diario comienza en Montecristi, en Santo Domingo, y es en tierra dominicana que Martí produce una de las frases más bellas de la literatura española de los dos últimos siglos. Se trata de una muestra del arte del escritor formado en tierra extraña y que va de vuelta a su país con el afán exotista de los románticos hecho realidad inmediata. La súbita presencia antillana, tan próxima a Cuba, y un nombre de mujer casi mítico, memorable, lo hacen anotar veloz y voluptuoso: “Abril 9 – Lola, jolongo, llorando en el balcón. Nos embarcamos”.

Sin duda este pasaje introductorio de Cabrera Infante inspiró la escritura del cuento que comentamos. Hablamos, pues, del exilio como estado doloroso pero, a la vez, como fuente de inspiración, como acicate creativo.

Hablamos, cómo no, de José Martí, figura muy poco conocida como político y, sobre todo, como hombre de letras y hablamos también de las habaneras, cuya música resuena todo el relato de La bella Lola. Volvimos a disfrutar de una entretenida sesión de intercambio de impresiones.

Como punto final, y para aquellos que quieran profundizar en lafigura de Guillermo Cabrera Infante, a continuación incluimos una entrevista hecha dentro de la serie de entrevistas "A fondo" de Televisión Española:

lunes, 23 de marzo de 2009

Recursos para la comprensión y el comentario de La bella Lola


Aquí tenéis algunos recursos para saber:

- ¿Dónde se encuentra Torrevieja?

- ¿Quién es Sándor Marai y de qué trata su novela La mujer justa? (biografía y reseña en en francés) ¿Cómo es la portada del libro que Lola tiene en sus manos?

- ¿Quién fue José Martí?

- ¿Existe el certamen de habaneras al que hace referencia el cuento de Zoe Valdés? ¿De dónde viene la tradición del cante de habaneras?

Es interesante la lectura del prólogo Un diario que dura más de cien años que el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante hizo para la edición española de los Diarios de José Martí (Barcelona: Galaxia Gutenberg: Círculo de Lectores, 1997).

Y, por último, el significado de algunos americanismos:

chacharear.
(De cháchara).
1. intr. coloq. parlar (hablar mucho).
2. intr. Méx. Negociar con cosas de poco valor.

jolongo.
1. m. coloq. Cuba. Saco de tela, yute o lona con una cuerda en la boca que permite cerrarlo.

veta.
(Del lat. vitta).
1. f. vena (faja o lista de una materia que por su calidad, color, etc., se distingue de la masa en que se halla interpuesta). Veta de tocino magro, de tierra caliza.
2. f. Filón metálico.
3. f. vena (lista de ciertas piedras y maderas).
4. f. Cuerda o hilo.
5. f. coloq. Aptitud de alguien para una ciencia o arte.
6. f. Ec. Correa enteriza sacada de toda la piel de una res vacuna. Retorcida y curada sirve para enlazar las reses y sujetarlas.

matul.
1. m. Bulto, lío, especialmente cierta cantidad de manojos de tabaco en rama, dispuestos en un atado.

gaveta.
(Del it. gavetta).
1. f. Cajón corredizo que hay en los escritorios y sirve para guardar lo que se quiere tener a mano.
2. f. Mueble que tiene uno o varios de estos cajones.
3. f. Mar. Tina pequeña, ovalada, usualmente de madera, provista de asa, donde se sirve la comida a los ranchos de a bordo.
4. f. Mar. Balde pequeño, en general de madera, de forma troncocónica, con asa, para servir el vino a la marinería y tropa.
5. f. Cuba. guantera (caja del salpicadero de los automóviles).

Un club para lectores en español

El Club de lectura es un espacio de encuentro de lectores, abierto a todos. Es una puesta en común de impresiones, opiniones, conocimientos y experiencias. Nos reuniremos una vez al mes y comentaremos un cuento, un relato o un artículo que habremos distribuido previamente.


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