En la pasada sesión conversamos sobre cinco textos de cuatro autores
diferentes publicados en la revista literaria Cuentos para el Andén. Todos ellos, como bien indicaron algunos lectores, tienen, a pesar de sus diferencias de autoría, trama y estilo, a la
familia como denominador común.
Portada del nº 32 (diciembre 2014) |
Estos fueron los cuentos que comentamos:
- “El juego de bridge de la señora López”, de Yuri Herrera ( Cuentos para el Andén nª 22)
- “Intercambios”, de Gemma Pérez Martínez y “Te q”, de Carlos Frontera
(estos dos últimos en Cuentos para el Andén nº27).
Empezamos con los dos cuentos dialogados de Javier
Tomeo ("XIX" y "XX", de Cuentos Completos, Páginas de Espuma, 2012). El cuento XIX
nos llevó a un ambiente de desolación propio de El llano en llamas en el que
una madre y su hijo contemplan la marcha de un tren en un apeadero.
El segundo,
el XX, reproduce mediante un diálogo paterno-filial la escena quijotesca de los
molinos.
El cuento de Yuri Herrera, inédito hasta su publicación en
Cuentos para el andén, es una estampa de la burguesía consumista mexicana/latinoamericana/global, entre la que observamos cómo están presentes la superficialidad, la frivolidad y el clasismo: la señora López es una mujer moderna que, como el
resto de sus amigas con las que queda para jugar al bridge, tiene ingresos
propios mediante el ejercicio (chocante para el lector pero aceptado en esa
sociedad retratada) de la prostitución con otros hombres, entre los que se
hallan los maridos de sus amigas. Acto seguido, el ambiente de felicidad y
cordialidad entre la señora López y sus amigas se rompe ante la noticia de que la
señora Ludlow y su familia comparten mesa con el servicio, hecho este
totalmente intolerable. La mayor parte de nuestros lectores coincidieron en resaltar
la capacidad de provocación y el ejercicio de interpelación de Yuri Herrera con
su cuento, realista y provocador, irónico y fantasioso.
El tercer texto comentado, “Intercambios” de Gemma Pérez
Martínez, es un microrrelato original y cómico en el que los miembros de
una familia intercambian sus roles dando lugar a todo tipo de equívocos y
situaciones absurdas. Y, por último, “Te q”, es un bello monólogo de un
personaje abandonado por su pareja con un lenguaje poético y crudo a la vez,
repleto de anáforas y metáforas.
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